Hace ya unos meses que comencé esta historia, que ahora ya ha llegado a su destinataria. Se ha tratado de una labor de rehabilitación muy entretenida ;-).
Todo comenzó un día en el que, dando un paseo por los alrededores de casa, encontramos que alguien había dejado junto al contenedor de la basura un reno balancín EKORRE de IKEA. Supongo que debía pertenecer a alguna familia en la que habría niños que ya habrían crecido demasiado para poder seguir usando este balancín.
El caso es que me dio pena verlo allí, así que lo cogimos y ya después pensaría si lo quería o no. Estaba bien, sólo un poco desgastada la pintura en algunas zonas y un poco manchado por los roces normales del uso de unos niños. Finalmente decidí que lo iba a preparar para regalárselo a Nora, pensando que se trata de un juguete que puede resultar muy divertido y que ayuda a los niños a desarrollar el sentido del equilibrio. Para los míos creo que ya les quedaba demasiado pequeño...
Así fue como lo encontramos:
Las fotos las empecé a hacer una vez que comencé con el lijado del balancín (se puede ver cómo el asiento ya tiene algo de la pintura roja eliminada). Entonces me di cuenta que si lo hacía de esta forma iba a ser un poco complicado, así que me lié la manta a la cabeza y lo desmonté completamente para dejar absolutamente todas las piezas por separado. De esta forma pude lijarlo todo sin problemas. Fue una labor entretenida hasta que conseguí eliminar toda la pintura anterior.
El siguiente paso fue dar una mano de imprimación a todas las piezas, para evitar tener problemas a la hora de aplicar la pintura definitiva. No quise mantener los colores originales, porque el dormitorio de Nora es actualmente en tonos blancos y beiges, pero tienen previsto que en un futuro combine el blanco con el verde. Así que decidí pintar el reno en color blanco y darle unos toques de gris, que pienso que le da un aspecto bastante elegante.
Aquí se puede ver el puzzle de piezas en pleno proceso de pintado:
Lo pinté con una pistola que nos habíamos comprado hacía algún tiempo y que no había llegado a estrenar. La verdad es que me gustó cómo se pintaba de rápido con ella y sin que quedasen marcas extrañas, que siempre alguna queda cuando se pinta con rodillo o brocha.
Y este fue el resultado final:
Y para terminar, aquí traigo también a su nueva dueña disfrutando ya de su juguete. Parece que le ha gustado, que era lo que se pretendía con todo este trabajo. Espero que cada vez que se monte en él se acuerde de su tita, que se lo hizo con mucho cariño ;-)
Espero que os haya gustado el resultado.
Besos y hasta la próxima entrada.
Que bonito!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarYo le regalé uno muy parecido a mi sobrino, pero en caballo. Me encantan estos balancines.
Me encanta!!
ResponderEliminarSi ya me encantaba, tras ver el proceso de desmontado de piezas para su rehabilitacion, aun me gusta mas, porque lleva un gran trabajazo.
Pero ha merecido la pena, porque está colocado en su dormitorio adornandolo y todos los dias se sube un ratito a su reno y se balancea ella solita. Se lo pasa pipa!
Muchisimas gracias!!!! Besitos
Te ha quedado genial, como nuevo! Y los colores que has escogido me encantan.
ResponderEliminarTampoco fue fácil montarlo teniendo en cuenta que no teníamos las instrucciones de Ikea, pero veo que es fuerte y no se deshace. Quizás le podría ir bien un toque más de color, pero eso la dueña que lo decida.
ResponderEliminarEnhorabuena por un trabajo estupendo! Otra de mis opciones era comprar ese reno de Ikea y pintarlo de blanco! Hemos tenido la misma idea!!!
ResponderEliminarBesos, Nina
Que buen trabajo, mira que casualidad, acabo de rcojer de la calle uno igual a este pero en peor estado, pronto lo restauraré, si quieres podrás verlo en nuestro blog, felicidades por tu gran blog.
ResponderEliminarUn saludo, Jose y Yoli