Aunque
parezca mentira, estamos sólo a unas horas de que el año 2015 nos diga adiós para
siempre. ¡No me puedo creer que estos 12
meses hayan pasado tan rápido!
Este
año para mí ha tenido cosas que no han
sido demasiado buenas, pero lo importante es que este tipo de vivencias nos
sirvan para buscarles un lado positivo que nos ayuden a seguir avanzando. Pero
como también han ocurrido cosas muy
buenas a mi alrededor, serán esas las que pondré en la parte más alta de la lista de cosas que recordar de este año.
Y
a partir de mañana, habrá que empezar a ir buscando las cosas buenas que nos
traerá el 2016 y para eso hay que ganárselas con esfuerzo y constancia, ¿no os
parece?
Así
que, después de esta pequeña reflexión de final de año que me ha salido, os voy
a enseñar en este último post del año algo nuevo, para despedir el año viejo
con una novedad.
Hace
ya varios meses me escribió Esther,
hermana de mi amiga Mónica (de la
que ya os he hablado en varias ocasiones porque suele confiar muchas veces en
mi trabajo para regalar detalles personalizados) y me planteó una idea-reto para ver si yo sería capaz de
hacerlo. Esther, que había sido mamá
hacía muy poquito cuando se puso en contacto conmigo, me dijo que le gustaría
que le hiciera para su peque Leire
un conejito de trapo con grandes orejotas
que se convirtiera en ese muñeco del que los niños no quieren desprenderse en
ningún momento.
Me
pareció una idea muy bonita y le dije que en cuanto pudiera lo intentaba. Ella
lo quería como regalo para Navidad, por lo que había mucho tiempo aún por
delante.
Pero
como me suele ocurrir, me lié con otros pedidos que fueron saliendo y la idea
del conejito quedó un poco aparcada por falta de tiempo.
Hasta
que hace un mes aproximadamente, decidí que me iba a poner con ello, para ver
si conseguía hacer algo decente que pudiera gustarle a Esther.
Hasta
ahora no había hecho nunca ningún muñeco
de trapo. Si he hecho muchos de crochet, todos esos amigurumis con los que os vengo dando la lata desde hace tiempo,
sobre todo en los últimos meses desde que descubrí el mundo Lalylala, pero nunca los había hecho usando tela.
Intenté
que mi muñeco tuviera algo que lo hiciera distinto de otros que había visto por
la red. Y decidí que, al igual que en mi último diseño de camiseta, la que he
llamado “Sweet Fox”, el conejito tendría como detalle especial unos ojos
grandes que fuesen lo primero que llamase la atención al verlo.
Y
así fue como fui planteando el conejito, que al finalmente ha sido una
conejita.
Cuando
tenía el muñeco ya terminado, a falta de hacerle el vestidito y ponerle los
detalles últimos, le enseñé una foto a mi amiga Mónica para ver si le gustaba y
si pensaba que podría ser del gusto de su hermana. A Mónica le gustó mucho e
incluso me dio la idea definitiva
para hacerle el vestido: me recordó esos típicos vestiditos que más de una y
más de dos hemos tenido cuando éramos pequeñas, normalmente hechos por nuestras
abuelas, con la parte superior de
crochet y la parte de abajo de tela.
Sobre
la marcha fui haciendo el vestido y mandando fotos de todo el proceso a Mónica. Cuando ya estuvo
terminado, me dijo que ese iba a ser el regalo que ella haría a su sobrina para
Navidad y que no le dijera nada a su hermana. ¡Faltó un pelo para no
estropearle la sorpresa!
Así
que no me enrollo más y os dejo con las fotos
de la conejita de trapo:
Aquí
os enseño cómo quedó el vestidito
con más detalle:
Y
para que fuese un regalo personalizado,
Mónica me pidió que en algún lugar llevase el nombre de su sobrina. Así ha
resultado el conejito personalizado
con el nombre de Leire:
¿Os
ha gustado? A mí me ha encantado hacer este nuevo muñeco por muchas cosas: por
hacer algo nuevo, que siempre me
gusta plantearme retos, por saber
que quien lo encarga valora mucho este
tipo de trabajos y sé que va a parar a muy buenas manos y por la ilusión que me transmitió Mónica para hacer los detalles finales,
que me contagió de la alegría con la
que viven en la familia los preparativos de todos los detalles navideños.
Estas
son parte de las cosas que hacen que este año que termina haya tenido muchas cosas positivas.
Así
que el próximo año aquí me seguiréis
teniendo para poder hacer realidad todos vuestros sueños e ilusiones en forma de trabajos artesanales realizados con todo el cariño del mundo.
¡FELIZ 2016!