Hoy
dejo de momento aparcadas las camisetas para enseñaros algo que no había hecho nunca hasta ahora.
Esta
Navidad pasada, cuando estaba
pensando qué cosas regalar a los miembros de mi familia, cuando me tocó el
turno ver qué podía hacer para mis
sobrinas pequeñas, se me ocurrió hacer un pequeño experimento. Lo de experimento era porque se trataba de
hacer algo que nunca había hecho y por eso no sabía si realmente llegaría a
conseguir hacerlo.
¿Conocéis
esas pizarritas enrollables que se
encuentran por la red? Hay muchas hechas por distintas artesanas, a cada cual más
bonita. Son unas piezas rectangulares
fabricadas con tejido de pizarra por
una cara y tela estampada por la
otra cara, normalmente con estampados
infantiles y alegres, que se enrollan como un pergamino para poder llevarlas
fácilmente para que los más pequeños lo usen en distintos momentos, como cuando
van de viaje en el coche, cuando están esperando en la consulta del médico, en
los tiempos de espera que se producen cuando vamos a comer a un restaurante… En
fin, todos esos momentos en los que muchas veces vemos que para que se
distraigan los niños se hace aquello de darles un dispositivo electrónico
(teléfono móvil, tablet, consola…) y para los que esta opción de la pizarra es
mucho más creativa y apropiada para los niños.
Hacía
ya mucho tiempo que quería haber realizado una de estas pizarritas porque eran
muchas las que había visto por la red y como soy un poco “culo veo, culo quiero”, era inevitable que acabara haciéndolas :-D
Mi
amiga Elena de Camilenas hizo hace ya algún tiempo un tutorial explicando a la
perfección cómo hacer estas pizarras, aprovechando que iba a regalar una en un
cumpleaños al que habían invitado a su hija. Os dejo aquí el enlace a su blog por si queréis echar un vistazo.
Así
que como ya andaba yo con esta idea en la mente, en uno de mis últimos pedidos
de telas incluí un trozo del tejido que hacía falta para hacerlas.
En
principio mi idea era hacer una para mi sobrina Nadia, la más peque, que en pocos días cumplirá 2 añitos. Pero al
comentárselo a mi hermana para que me dijera si le gustaba la idea me dijo que
si podría hacer otra para Nora, mi
otra sobrina, porque estaba segura de que se le iba a antojar cuando se la
viera a su hermana. Así que terminé haciendo dos pizarritas que los Reyes Magos dejaron bajo el portal de Belén
en mi casa, una para cada sobri.
Para
hacerlas elegí dos telas distintas pero
en los mismos tonos que, aunque no tienen un estampado exactamente
infantil, si que tenían unos colores muy
agradables y alegres.
Así
es como resultaron las pizarras para las dos loquillas:
Muchas
de las pizarras que había visto tenían un pequeño bolsillo para guardar en él
alguna tiza y un trapito para poder limpiarla. Yo pensé que para que no fueran
perdiendo las tizas quedaría mejor hacerle un pequeño estuche con cremallera. Y ese es el bolsito que veis que
llevan en el lateral.
Me
váis a disculpar que las fotos no sean
demasiado buenas, pero como las tuve que hacer con nocturnidad y alevosía,
no tenía en el momento de terminarlas luz suficiente y no pude hacerlas hasta
el mismo día en que ya las recibieron mis sobrinas. Y claro, ya habían sido
hasta estrenadas y tuve que esmerarme en limpiarlas para que quedaran algo
decentes para que no se vieran en las fotos hechas unos zorros :-D. Además, acabo de darme cuenta cuando he ido a seleccionar las fotos que no llegué a hacer ni una sola foto con las pizarras enrolladas... Ay, lo que son las prisas...
Aquel
día estuvieron las dos un buen rato entretenidas dibujando en sus respectivas
pizarras. Espero que les den un gran uso y dibujen en ella los dibujos más
divertidos que se les vaya ocurriendo.
Besos
y hasta la próxima entrada.