Hoy es viernes, pero como voy algo
pillada de tiempo, me va a ser imposible hacer entrada de la sección
Reinventando la Arquitectura. Pero
como os dije ya otra vez que me ocurrió esto mismo, eso no significa que hoy no
vaya a haber entrada.
El miércoles, en mi última
entrada en el blog, os enseñé un gorro de lana que hice para mi sobrina. Y os
comentaba que tenía entre manos algo que se podría calificar de un poco friki. Pues
os cuento un poquito más sobre lo que se trata.
Mientras estaba haciendo el gorro
para mi sobrina, mi hijo pequeño, Abel, me preguntó que cuándo le iba a hacer a
él un gorro. Me dijo que si algún día se lo hacía, que le gustaría que fuese de
color rojo. Después me dijo que quería que le pusiese un adorno que no fuese de
chica (se refería a la flor que le puse al de su prima) y que por qué no le ponía
un Angry Bird.
Ya he comentado muchas veces que
mis hijos son unos auténticos fans de los pajarracos enfadados, así que no me
sorprendió en absoluto su propuesta. Pero yo le planteé que por qué no lo hacía
de forma que el gorro fuese el propio Angry Bird. Y le gustó la idea.
Así que al día siguiente me fui a
comprar las lanas necesarias para hacerle un gorro Angry Bird rojo para Abel y
uno negro para Iván, que son sus pájaros favoritos.
Empecé haciendo el de Abel, el
Angry Bird rojo. Para poder saber si el tamaño que iba haciendo se ajustaba
bien a su cabeza, mientras lo hacía se lo fui probando, sin que él sospechara
que ese era su gorro, porque le dije que era un pedido que me habían hecho para otro niño.
Mi idea era hacerlo con la misma
forma que hice el de mi sobrina, con forma de gorra con visera. Pero cuando
estaba a punto de comenzar con la visera, Abel me dijo, palabras textuales: “Mami,
si algún día me haces un gorro, yo lo quiero que tenga unas cosas para taparse
las orejas. Para que sepas cómo es, lo quiero con la forma del gorro de Pocoyó”.
No se puede negar que tenga las ideas claras, ¿eh?
Así fue entonces como se lo hice.
Y a continuación hice el de Iván, con su Angry Bird negro, pero este si en
versión gorra con visera, que particularmente a mi me gusta más y creo que
queda más favorecedor.
Y para no liarme más, aquí os
dejo el muestrario de imágenes de los dos con sus gorros, que les di la
sorpresa justo cuando iban a salir para el cole y se fueron ya muy contentos
ellos con sus gorros puestos ;-).
Espero que os haya gustado. La verdad
es que las caritas de ilusión que se les quedó cuando los vieron hizo que
valiese la pena el trabajo hecho.
Besos y hasta la próxima entrada.