Había
estado varios meses en los que casi no había hecho nada de crochet. Pero ha
sido volver a comenzar el curso y
empezar con las clases de crochet (que
ya os conté el año pasado que me apunté a clases de crochet por echar unos
buenos ratitos en compañía de otras locas ganchilleras) y desatarse de nuevo en
mi la “obsesión” por tener la aguja
todo el día en funcionamiento.
La
semana pasada os enseñé aquí unas zapatillas de trapillo que había hecho con idea de ir reduciendo algo del material que tiendo a acumular “por si”.
Pues
en esta ocasión le ha tocado el turno a otro proyecto que tenía en mente desde
hace tiempo para hacer con trapillo.
Anteriormente
había hecho cestas de trapillo con base circular, pero nunca había intentado hacer alguna con base cuadrada o rectangular. Así que,
como me gusta hacer a menudo, aproveché para aprender algo nuevo.
Además
de hacer la base rectangular, quise darle un añadido más de dificultad
empleando el punto bajo centrado en
lugar del punto bajo normal. Para quien no entienda de crochet, la diferencia
es que en el punto bajo centrado va quedando un acabado como en forma de espigas. Y, además, apliqué la técnica del
tapestry, creando diseños con
cambios de color del trapillo.
Y
así es como resultó la cesta:
¿Verdad
que ha quedado mona? Lo que no se ve es el trabajo previo que tuve que hacer,
porque cuando fui a comenzar con el cesto me di cuenta de que el trapillo era excesivamente grueso, así que me entretuve
con mucha paciencia en ir cortando los
rollos de trapillo por la mitad para conseguir que la hebra fuese algo más
fina.
Y
como os comentaba, ya hemos comenzado este año con las clases de crochet. El primer
proyecto que hemos realizado ha sido una mochila
tipo talega con trapillo ligero que nos sirva para llevar a clase el
material necesario para trabajar. Ha sido un proyecto sencillo para que las nuevas compis no se agobiaran al principio.
Mi
mochila la hice en color marrón
chocolate, pero para que no quedara tan seria, le metí al final un toque de rojo, que le ha dado vidilla,
¿no os parece?
Ahora
que he estado alternando dos proyectos con los dos tipos de trapillo, puedo
decir que habría que dar un premio al
que inventó el trapillo ligero. No os imagináis lo torpe y lenta que me he
sentido mientras hacía el cesto, jejeje.
Besos
y hasta la próxima entrada.