En
la anterior entrada os dije que tenía pendiente enseñaros las cosas que preparé
estas pasadas navidades en mi labor
como “paje
de los Reyes Magos”.
Y
voy a comenzar con una de las cosas que me ha hecho más ilusión hacer para este
día. Se trata del regalito que hice para regalar a mi sobrina Nadia, la más pequeña de la casa, que en breves días
cumplirá 5 añitos.
A
Nadia le encantan los muñecos. Debe
ser ya “madre” de una familia numerosa, porque he perdido la cuenta de la
cantidad de muñecos que tiene. Y disfruta jugando con sus bebés. Así que decidí
que su regalo tenía que ser algún elemento que le sirviera para jugar con
ellos.
Hace
ya mucho tiempo que mi alma de “culo veo,
culo quiero” se había enamorado de unos capazos realizados con crochet que había visto por la red. Además,
también llevaba bastante tiempo queriendo probar un nuevo material que me parecía muy interesante y que lo había visto
a varias marcas de hilos. Y este material, cordón
de algodón, era perfecto para realizar con él el capazo, así que lo tuve
clarísimo: Nadia iba a recibir como regalo de Reyes un capazo realizado con
cordón para poder acostar en él a sus bebés.
Lo
primero fue decidir en qué color hacerlo. El color favorito de Nadia es el añil
(que sobrina más peculiar y con las ideas tan claras tengo, ¿verdad??). Estuve
tentada de hacerlo en este color, pero al final fui un poco más clásica y
decidí elegir un color más neutro,
que pegase con todo y me decanté por un tono ocre-dorado.
¿Queréis
ver cómo quedó? Aquí os enseño el resultado:
Pero
el capazo solo quedaba un poco tristón,
así que decidí hacerle un colchón y una sabanita para que quedase bien vestido.
Tenía una tela en casa con estampado de
ositos que me pareció perfecta para esto y así es como quedó el conjunto de
colchón, sábana y almohada, todo hecho a mano por mi:
Ahora
ya os puedo enseñar el capazo vestido
con su sábana, que así parece de mejor familia:
Y
no pude evitar la tentación de hacerle una foto con uno de mis amigurumis, Zoe, la conejita dormilona, que era perfecta
para ocupar el lugar de un bebé durmiente ;-)
¿Os
ha gustado? A Nadia le encantó su regalo y desde el minuto uno ya estuvo jugando
con él. Y no sabéis la alegría que me dio ver que le había gustado tanto,
porque esta es la mejor recompensa que uno puede recibir cuando hace las cosas
con cariño para las personas que quiere, ¿no os parece?
En
la próxima entrada os seguiré enseñando más regalitos que los Reyes Magos
dejaron bajo el árbol…
Besos
y hasta la próxima entrada.