Hoy
os voy a enseñar algo un poco distinto
de lo que suelo traer por aquí.
Hace
muchos años, cuando comencé a pintar en plan más serio, lo hice metiéndome en
el mundo de la acuarela. Con 11 años comencé a dar clases de pintura con un pintor que era un enamorado de la acuarela. Y consiguió que yo también me interesara
por esta técnica. Ahora que lo pienso, pasado el tiempo, no se por qué se le
ocurrió que empezara con la acuarela, ya que, para mi gusto, es una de las técnicas más complicadas que
hay, ya que la acuarela no te da posibilidad de equivocarte. Igual con esto
logró que me soltara con los pinceles y perdiera la preocupación y el miedo a
equivocarme…
Después
de un par de años haciendo acuarelas,
pasé a pintar óleo, aunque de vez en
cuando, por mi cuenta, hice alguna que otra acuarela.
Y
cuando comencé a estudiar la carrera de Arquitectura,
el primer año probé a hacer algún trabajo en acuarela. Pero desde entonces no
volví a hace nada más empleando esta técnica.
La
verdad es que alguna que otra vez me había entrado el gusanillo de volver a hacer
algo en acuarela, sobre todo cuando veía a alguien que enseñaba sus dibujos
por las redes, pero no me terminaba de animar. Confieso que me daba un poco de miedo, porque
después de tantos años, estoy un poco
oxidada.
A
principios de este verano, un día que había ido a comprar a la tienda Tiger (no se si la conocéis, pero es un
auténtico paraíso para los amantes
de las cosas de papelería…) encontré
por casualidad unas acuarelas que me
resultaron muy curiosas. Era una cajita
con 4 “plantas” que encajaban unas en otras y que quedaban perfectamente
recogidas. Me pareció un sistema
perfecto para poder llevarse para pintar por ahí, así que como estaba a punto
de irme de vacaciones, decidí que me iba a agenciar una para poder entretenerme
en los días de descanso haciendo alguna que otra acuarela.
No
tenía mucha fe en que fueran a ser una maravilla. ¿Sabéis cuál fue su precio?
Tan sólo 4€ la cajita con 24 colores.
¿Quién podía dejarlas allí y no probarlas? No tenía nada que perder, me dije a
mi misma.
Así
que me llevé la cajita y un bloc de papel de acuarela, pensando en hacer
algunas en vacaciones.
Pero
pasó el verano y se quedó el equipo acuarelil sin estrenar.
La
semana pasada me enteré de que el día 23
de noviembre se celebraba el Día
Mundial de la Acuarela, así que me propuse el reto de hacer una con la excusa
de celebrar este día.
Y
elegí un dibujo más o menos sencillo para comenzar: un par de plumas.
Este
fue el resultado:
Cuando
terminé no me gustó demasiado. Pienso que está muy definido el dibujo, con
demasiados detalles para mi gusto. Le
falta la frescura característica de la acuarela. Pero al menos ya he conseguido
dar el primer paso.
Y
en cuanto terminé esta acuarela, me picó el gusanillo, como si quisiera
recuperar el tiempo perdido, y me puse manos a la obra con otra.
¿Queréis
ver cómo quedó? Así resulto esta nueva
lámina, con unos cactus como
protagonistas (es que no había probado los tonos verdes en la anterior…):
¿Os
gusta cómo han quedado? Yo se que tienen muchos fallos, pero estoy muy orgullosa de haber logrado
superar mi auto reto :-D
Y
os cuento que me ha parecido que las acuarelas
de Tiger, con ese precio tan económico, son bastante aceptables y se pueden conseguir cosas interesantes con ellas. Muchas veces he dicho que para
desarrollar uno su arte no se necesita hacer un gran desembolso económico. Que con los materiales más sencillos se pueden
hacer cosas chulas. Así que os animo a que probéis a disfrutar pintando con
los materiales que tengáis en casa. Y más adelante, cuando hayamos disfrutado
aprendiendo, podremos lanzarnos a comprar artículos más profesionales.
Besos
y hasta la próxima entrada.
No habrá reto que se te resista, los dibujos pintados en tela son siempre guapísimos, así que la acuarela lo mismo, el cactus te quedó real, además siendo arquitecta, el dibujo lo tienes chupao. bss
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Pandora! Me alegro de que te haya gustado ;-)
EliminarBesos
Pero qué artista!!! Te han quedado ambas de lujo!!!!! Me encanta tu trazo! Yo aprendí a usar las acuarelas también durante la carrera (también estudié arquitectura) tenía una asignatura de dibujo artístico y disfruté muchísimo!!! De hecho tanto que al ver las tuyas me ha vuelto a venir el gusanillo! A ver si me motivo y lo retomo :)
ResponderEliminarMiauuuuuuuubesitos guapa!!!
¡Hola! ¿Pues sabes que a mi me picó el gusanillo después de ver las acuarelas de otra colega de profesión? Así que anímate y coge los pinceles, que verás como te alegras.
EliminarBesos