Maestras personalizadas
llevo haciendo desde hace ya varios años. Desde que hice mi primera Ro-ro maestra sobre camiseta,
que os enseñé aquí, han sido muchas
y distintas las que he hecho también sobre lienzo, bolsos y bolsas de playa.
Pero
hoy os voy a enseñar otro tipo de
maestra personalizada que he tenido la oportunidad de hacer en estas
últimas semanas.
Mi
amiga Eva, compañera de las clases
de crochet a la que íbamos las dos, tuvo una idea tras haber visto las muñecas amigurumis personalizadas de
Primera Comunión que ya os enseñé aquí hace varias entradas.
A
Eva se le ocurrió que, como regalo de
fin de curso para la seño María, maestra de su hija pequeña, podría
resultar muy original hacerle una muñeca
amigurumi personalizada.
Hace
ya varios años me encargaron una camiseta para esta misma seño, que habéis podido ver en la misma entrada que os he enlazado antes, con su característico baby de color rojo con bolsillos coloridos.
Así
que Eva me hizo el encargo de preparar esta muñequita, a la que decidimos
ponerle su baby rojo, como el que hice en la camiseta.
Y
así es como resultó la muñeca de la seño María personalizada:
¿Os
gusta cómo ha quedado? Cuando empecé a hacerla no sabía exactamente como
quedaría de grande y ha resultado de un buen tamaño: casi 50 cm de altura tiene la muñeca.
En
principio había pensado hacerle el baby con tela o fieltro, pero pensé que si
estaba haciendo la muñeca de crochet, tenía que intentar que todo fuese con la
misma técnica.
Y
una vez terminada la muñeca, me pareció que quedaba un poco sosa y se me
ocurrió añadirle un par de detalles.
Así fue como le hice un lápiz, para
que llevara algo característico de su
profesión y en la otra mano un gran
corazón, porque si no le pusiera amor a este bonito trabajo, sería absurdo
llamarse maestra. Y María es una gran maestra, con mayúsculas.
Espero
que a María le haya gustado el regalo que ha recibido de parte de los papis de
sus alumnos, regalo realizado desde el corazón. Y por mi parte, he puesto en
esta muñeca todo el cariño del mundo, como en todo lo que hago, porque creo que
hay que valorar a esos maestros vocacionales que se dejan el pellejo por sus
niños.
Besos
y hasta la próxima entrada.
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