jueves, 21 de marzo de 2019

CELEBRANDO EL DÍA DEL PADRE


El pasado martes, día de San José, se celebró también aquí en España el Día del Padre. Ahora no se estila tanto, pero en mis años de niña, era un día en el que todos los niños disfrutábamos preparando con mucho misterio un detallito hecho por nosotros para papi en el cole.

Y aunque sea algo que hoy día se vea desde otra perspectiva, aún hay quien apuesta por demostrar a su padre, con todo el cariño del mundo, lo mucho que lo quiere.

No se si recordaréis que en años anteriores había preparado unas camisetas para el Día del Padre totalmente personalizadas y que os enseñé aquí, aquí o aquí.

Estas camisetas fueron pintadas a mano, e incluían un crucigrama o palabras cruzadas, como queramos llamarlo, con palabras que tenían un significado especial para el papi que iba a recibir el regalo. Y además, el dibujo se completaba con unas huellas de manos o de pies (según el modelo) de los peques.

Este año he tenido la oportunidad de hacer una nueva camiseta destinada a un padre, con el que sus hijos y su mujer han querido sorprenderle. Y es que Reme, clienta ya habitual de Día tras Día, quería que su marido luciera su camiseta totalmente personalizada.

Pero esta camiseta ha tenido un toque diferente: esta vez, en lugar de hacer el dibujo a mano, hemos optado por hacer una camiseta impresa con un diseño similar al de los años anteriores.

En las camisetas que hice pintadas a mano, el dibujo iba sobre una pieza de tela que posteriormente se cosía a la camiseta. Esta vez, lo que hemos hecho ha sido realizar el crucigrama en color blanco para que así destacara sobre la camiseta negra.

Y en lugar de dibujar las siluetas de las manos, se me ocurrió que podría quedar bien hacer una simulación de una huella de mano.

Con todas estas cosas, así fue como resultó la camiseta de Reme:

camiseta personalizada día del padre

camiseta personalizada día del padre

camiseta personalizada día del padre

¿Os gusta cómo ha quedado? A Reme le gustó mucho y me sopló que a su marido le encantó el regalo. Se pensó incluso que las huellas de las manos eran las de sus propios hijos.

Una vez más, encantada de haber participado en hacer que un regalo se transforme en un momento de ilusión y de felicidad para quien lo recibe.

Besos y hasta la próxima entrada.



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