Hoy comenzamos semana y también cambiamos completamente
de registro. En esta ocasión vengo a enseñaros una receta dulce, muy dulce...
Hace algunos días fue el cumpleaños de mi marido y
decidí probar a hacer una receta que había escuchado unos días antes en la
tele. Y es que mi marido se ha vuelto desde hace unos meses un marujillo en la
cocina y le ha dado por ver un programa que emiten justo después de comer en
13TV, que se llama “30 minutos con Jaime Oliver”
Este cocinero es un tipo peculiar donde los haya, con pinta
un poco desastrosa y unos métodos que algunas veces pueden resultar cuanto
menos sorprendentes. Os recomiendo que lo veáis aunque sólo sea por saber de qué
os hablo ;-). Aunque parezca increíble, este cocinero inglés es incluso miembro
de la Orden del
Imperio Británico. ¡Qué cosas!
No me enrollo más y voy a lo que os quería contar. Uno
de estos días, en una de sus recetas, hizo unos pastelillos del estilo de los
Pasteles de Belem, típicos de Lisboa, del barrio de Belem. Como cuando
estuvimos allí nos encantaron, al ver la receta, tomamos nota para hacerla.
Y ya que estaba, tuve la idea de hacer posteriormente
una entrada en el blog si quedaban buenos y al tiempo que los hacía, fui
echando alguna que otra foto. Y como resultaron realmente ricos, aquí os traigo
la entrada con la receta, por si os animáis a hacerlos.
Son muy sencillos de hacer y están buenísimos.
INGREDIENTES
-
2
láminas de hojaldre
-
Canela
en polvo
-
1
huevo
-
200ml
de nata
-
Azúcar
-
Esencia
de vainilla
-
1
naranja
ELABORACIÓN
En primer lugar, extendemos las láminas de hojaldre
sobre una superficie que habremos enharinado previamente.
A continuación, una vez extendida la lámina de
hojaldre, espolvoreamos por encima canela en polvo y la extendemos por toda la superficie. Quedará algo con este aspecto:
Una vez hecho esto, comenzamos a enrollar la lámina de
hojaldre, haciendo un pequeño rulo en el que la canela ha quedado en el
interior. Aquí vais a perdonarme, pero por aquello de estar con las manos en la
masa, se me pasó por completo hacer foto
a este paso y al siguiente, pero espero explicarlo lo suficientemente bien como
para que lo entendáis sin problemas ;-).
Cuando tenemos el rulo hecho, lo cortamos en pequeños
cilindros. En mi caso, cada lámina de hojaldre la corté en 8 trozos.
Una vez hecho esto, cogemos cada cilindro y lo
colocamos de forma que la parte donde hemos hecho los cortes los veamos como
las caras superior e inferior del cilindro. Así veremos en la parte superior la
espiral formada por el hojaldre y la canela.
Teniendo cada pieza así colocada, las aplastamos con la
palma de la mano hasta formar una especie de torta.
Cada una de estas tortas va a ser un pastel de Belem. Las
ponemos en un molde, que en mi caso, fueron dos tipos de moldes de silicona,
pero podrían ser igualmente moldes metálicos de los de hacer magdalenas u otro
recipiente que pueda darnos el mismo uso.
Aquí podéis ver cómo quedan las “tortas” ya colocadas
en los moldes:
Hay que apretar la masa contra la superficie del molde
para que quede perfectamente con la forma del mismo.
Mientras hemos ido haciendo todo esto, podemos tener el
horno precalentando a unos 180ºC .
Así, llegados a este punto, no tendríamos
más que introducir las tartaletas en el horno durante unos 5-10 minutos (ya
esto dependerá del horno de cada uno). Lo que hay que conseguir es que el
hojaldre se haga un poco para que no esté del todo crudo.
¿Véis? Así es como yo los saqué del horno después de
ese tiempo. Podéis comprobar que de color casi que no han cambiado:
El siguiente paso es preparar la crema con la que vamos
a rellenar las tartaletas.
Montamos la nata y le añadimos una cucharada de azúcar
y 1 huevo. Podemos añadir también unas gotas de esencia de vainilla para dar más
sabor. De este paso tampoco tengo ninguna foto (lo que es la falta de
costumbre... Seguro que a una cocinera profesional no se le olvida ni una sola,
jeje).
Todo esto queda como una especie de crema con las que
iremos rellenando las tartaletas:
Con cuidado lo introducimos en el horno y lo dejamos
unos 20-25 minutos a 180ºC .
De todas formas, iremos comprobando cómo queda pinchando sobre la crema hasta
que veamos que ha cuajado.
El aspecto que debe quedar es algo así:
Hay que decir que hasta este paso es como yo conocía
los pasteles de Belem que probamos en la misma Pastelería de Belem una vez que
fuimos a Lisboa. Y allí te daban para espolvorearles por encima canela en polvo
y azúcar glass.
Sin embargo, en esta receta, le añadían algo más y como
me pareció que podía dar un toque interesante, lo hice de esta manera yo también.
Mientras los pasteles están haciéndose en el horno,
cuando ya estén casi terminados, comenzamos a preparar un caramelo líquido
calentando azúcar en un cazo. No me preguntéis qué cantidad de azúcar porque lo
hice a ojo de buen cubero. Cuando empiece a hacerse caramelo el azúcar, le incorporamos un poco de zumo de naranja que habremos exprimido previamente.
Y cuando el caramelo esté listo, rápidamente lo
volcamos sobre la crema de los pasteles:
A mi creo que me quedó un poco líquido el caramelo, y
al morder los pasteles se derramaba más de lo previsto. Pero ya se cómo tengo
que hacerlo para la próxima ;-). De todas formas, salieron realmente buenos y
todos pudimos disfrutar de una merienda de cumpleaños probando algo diferente.
Aquí os dejo las fotos del resultado final:
¿Qué os ha parecido? Bien sencillito, ¿verdad? Pues si
os animáis alguno a hacerlos, me encantará que me lo contéis y me digáis qué os
han parecido.
Y con esto y un bizcocho (o un pastel de Belem...),
hasta el miércoles otra vez ;-)
Besos para todos.
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