Y tanto que pasa... Si os digo que esto que os voy a
enseñar hoy tiene ya casi un año, seguro que no lo creéis. Pero es que tengo
mil cosas que por falta de tiempo se fueron quedando en el tintero sin enseñar
aquí en el blog y me he propuesto sacarlas todas a la luz aunque sea después de
tanto tiempo.
Este fue uno de los regalitos que hicimos en Navidad el
año pasado. En realidad, yo aquí hice poco, sólo lancé la idea a mi marido a
partir de una foto que vi por la red. Y como él es más manitas que yo para
estas cosas, le cedí el testigo.
¿Qué puede hacerse con un disco duro de un ordenador
que ya no sirve?
Pues esto es lo que salió: un reloj de lo más singular
;-)
Así que si queréis sorprender a alguien con un regalo
diferente, ya sabéis en qué podéis aplicar algún que otro disco duro que ya no
queráis para nada.
¿Qué os ha parecido? Si alguno os animáis a hacerlo, me
encantará ver el resultado.
Besos y hasta el viernes, que volveré por aquí con una
nueva historia de reinvenciones ;-)
Eso sólo podéis hacerlo artistas como tú (o tu marido), yo mejor ni lo intento... (Zapatero, ¡a tus zapatos!)
ResponderEliminarPues yo también me animé y fue un regalito que le trajeron los Reyes a mi marido jejejeje...a ver si le saco fotos al invento y te lo enseño.
ResponderEliminarBueno...rectifico...yo me animé pero me lo tuneó mi hermano ;-)