Hacía
ya varias semanas que no aparecía por aquí. Tantas que ni siquiera había tenido
la oportunidad de felicitaros el año
nuevo, así que aprovecho para hacerlo ahora y desearos lo mejor para este año.
Estas
navidades he aprovechado para hacer regalos
para los familiares, ya que siempre me gusta regalar detalles realizados por mi en la medida de lo posible. Pienso que así
al regalo se añade un cachito de mi tiempo y de mi dedicación y para mi es algo
que tiene mucho valor.
En
esta entrada y en las próximas os iré enseñando algunas de estas cosas con las
que he estado entretenida.
Hoy
os quiero enseñar un par de acuarelas
que realicé para regalar a mi padre con
motivo de su santo, que lo celebró el pasado día 1 de enero.
Para
pintar la primera de las acuarelas tomé como referencia una imagen de Los Palos de la playa de Matalascañas,
lugar al que a mi padre le gusta ir a pasear en los meses que se pasa viviendo
allí. Y esta imagen del atardecer en la
playa le recordará tan bonito lugar en los meses en los que no puede
disfrutar de estas vistas.
Así
resultó la acuarela:
Y
también quise completar el regalo con otra acuarela de la Ermita de la Virgen de Setefilla, la patrona de su pueblo, Lora del Río. Quería hacerle algo que
le transportara a su infancia cada vez que la viese.
Este fue el resultado:
Decir
que mi padre quedó encantado con su regalo
y sobre la marcha quedaron los cuadros colgados en la entrada de su casa.
¿Os
ha gustado esta pareja de acuarelas? ¿Sois también vosotros de hacer regalos
que toquen el corazón?
Besos y hasta la próxima entrada.
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